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En defensa de la Universidad

He leído varios artículos sobre la noticia de que los estudiantes han paralizado la actividad en varias universidades catalanas, han cerrado aulas e impiden las clases desde hace varios días.


Sean muchos o pocos, deben ser escuchadas sus protestas. Sin embargo, me causa recelo que se implique a la Universidad cuando los motivos no están intrínsecamente relacionados con esta. Uno se manifiesta individualmente, libremente, por decisión propia y no debería arrastrar o empujar a instituciones que podrían estar a favor de sus causas pero prefieren sumarse de otra manera o simplemente no quieren manifestarse.

La Universidad es un refugio del saber, una fuente de conocimiento, un lugar de aprendizaje y de intercambio de visiones, un espacio de encuentro de opiniones único

Casualmente, el otro día caminando me crucé con una frase de Georges Jacques Danton (1759-1794): “Après le pain, l’éducation est le premier besoin d’un peuple” (Después del pan, la educación es la primera necesidad de un pueblo). Y ahora que conozco estos hechos, creo que merece la pena pensar en ella. Siempre he creído que la Universidad es un refugio del saber, una fuente de conocimiento, un lugar de aprendizaje y de intercambio de visiones, un espacio de encuentro de opiniones único que debe ser defendido. El momento que se vive en Barcelona es perfecto para utilizar la Universidad, no para paralizarla. Me habría gustado que se desarrollaran ciertas actividades extras en las universidades de todo el país: debates abiertos a toda la población, charlas y conferencias con invitados que aporten alternativas posibles y adecuadas, todo ello con el único propósito de encontrar soluciones concretas a un conflicto que necesita ser resuelto.


Cuando todos los políticos fallan y se demuestran incompetentes sin voluntad de solucionar y aliviar a los ciudadanos de un problema encallado, es responsabilidad nuestra pensar, hablar, expresar y encontrar el mejor camino para nosotros mismos. La Universidad es el lugar ideal para hacerlo. La huelga, vaga, violencia por todos lados son métodos conocidos y repetidos a lo largo de nuestra historia. En el caso que nos atañe, ¿son los más efectivos? ¿Nos llevan hacia algún puerto al que queramos ir?

Sueño con otros mecanismos para comunicar descontento y para demostrar de lo que somos capaces.

Tal vez sea momento de evidenciar lo que valemos aplicando los valores que deseamos y promoviendo la cultura de la que estamos orgullosos. Sueño con otros mecanismos para comunicar descontento y para demostrar de lo que somos capaces. Creo que podemos actuar en positivo. Desearía sorprender al mundo con acciones inesperadas. Hagamos “panellets”, bailemos sardanas, hagamos “castells”, cantemos, escribamos en catalán y enseñémoslo, abramos nuestras puertas en lugar de cerrarlas dando motivos de rechazo irracionales.


Puestos a implicar a la Universidad, me gustaría que las asambleas que se hacen en la calle se hicieran en las universidades, sin molestar a nadie que no quiera formar parte de ello, en un lugar que invita y favorece el debate con cierto orden y comodidad. La calle es ruidosa y el corte de tráfico solo entorpece el propósito. Además, ¿por qué necesitamos hacer ruido cuando todos los políticos han demostrado que no nos escuchan? ¿Para quién creamos caos? ¿Para qué se molesta a quien quiere seguir trabajando por un buen funcionamiento de su mundo (sea su vida individual, en Catalunya o en España)? Quizá es hora de escucharnos a nosotros mismos y a los demás, a cuantos más mejor y de la manera más óptima.

¿Por qué necesitamos hacer ruido cuando todos los políticos han demostrado que no nos escuchan?

Para acabar, debo mencionar la gran oportunidad que tenemos el día 10 de noviembre. Se trata de otro método pacífico y ofrecido a todos los ciudadanos para hacer un uso responsable. ¿Qué mensaje queremos dar y a quién? ¿Qué consecuencias tendrá nuestra decisión? ¿Qué hemos aprendido de otras elecciones y de la actuación de los políticos que se vuelven a presentar? ¿Qué han hecho en los últimos tres años? ¿En qué han mejorado nuestras vidas?


¿Qué otras fuerzas políticas existen? ¿Qué tienen de malo los partidos minoritarios? ¿Por qué no votar a quienes están comprometidos con una causa concreta, asequible, igualitaria y justa? ¿Por qué no sorprender al mundo entero con un resultado inesperado y esperanzador? Sea cual sea nuestro voto, votemos. Porque puede ser un principio, un cambio, una salida de la regresión y un nuevo punto de partida. Con nuevos objetivos, nuevas personas comprometidas y un paso adelante hacia un futuro prometedor, posiblemente sin promesas fallidas.

Después del pan, la educación es la primera necesidad de un pueblo - Georges Jacques Danton (1759-1794)

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