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Reflexiones 5

Hace poco descubrí a Hugh Herr, líder en el campo de la Biónica y la Biomecánica. Dejo una entrevista en la que deja clara su admirable visión del mundo y su misión. Me ha gustado que describa la creatividad como acto de fe, puesto que cualquier persona creadora debe creer en lo que hace o de lo contrario nunca llegaría a cumplir su propósito. También me han parecido acertados los lemas de vida que su familia le inculcó y tiene a bien compartir con nosotros: “Todo lo que hagas hazlo bien y, sobre todo, nunca desfallezcas, sigue adelante, sigue intentándolo”.

Además, nos da esperanzas para visualizar un futuro mejor que nuestro presente: “En el futuro tendremos sistemas de transporte que serán como nuestra vestimenta y esto va a cambiar nuestras ciudades, no necesitaremos todas estas calles pavimentadas, podremos convivir con la naturaleza (…). Todo debe ser local, la comida y la tecnología. Eliminaremos la distribución, tan cara para el planeta y fuente de desigualdades. Buena tecnología y buen diseño en todas partes independientemente de dónde has nacido, a esa realidad debemos ir, por ella debemos luchar.” A esta lucha hacia un verdadero progreso para todos me apuntaría. Y me quedo con su última frase: “Temo a la inacción de la buena gente”. Me recuerda la famosa cita de Martin Luther King “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”.


Adjunto un artículo de Manuel Planelles, que se publicó justo antes del inicio de la Cumbre del Clima en Madrid. Es muy útil para entender el problema del CO2 al que nos enfrentamos. Los datos que ofrece son muy precisos. Cabe destacar el hecho reflejado en el subtítulo de la noticia para recordarlo cada vez que alguien intente restar importancia o gravedad al avance del cambio climático: “La concentración de dióxido de carbono es la más alta desde hace tres millones de años”. Siempre habrá el incrédulo o insensato que intentará desviar la atención o modificar la verdad. Pero artículos como este aportan argumentos firmes, irrefutables que lijan la realidad del desastre.


Tiene mucho mérito escribir un libro de más de 1.000 páginas sobre economía y su historia pensado para el gran público. Aún es más sorprendente que haya vendido más de 2 millones de ejemplares de El capital en el siglo XXI. Ahora publica Capital e ideología, de más de 1.200 páginas. Los argumentos de Thomas Piketty han abierto infinidad de debates en los últimos años sobre uno de los temas más relevantes de nuestro presente: la repartición de la riqueza y las desigualdades sociales. Sus propuestas inquietan a aquellos que en realidad no tienen por qué inquietarse, pero lo hacen. Será tristemente cierto que cuanto más tenemos, ¿más queremos? Yo apuesto por creer que las cosas están cambiando y que el modelo económico está a punto de dar un giro.

Los ciudadanos de todos los rincones del mundo tenemos un papel decisivo para elegir cómo será ese cambio. Si no podemos huir del consumismo, elijamos qué consumimos y cómo. La mecanización, precarización y desaparición de puestos de trabajo nos empujarán a diseñar una manera de “mantener/ayudar/subvencionar” a un gran volumen de la población mundial que no tendrá ingresos suficientes para vivir. Hay ya muchos estudios, teóricos y filántropos que demuestran que cuando una persona tiene las necesidades básicas cubiertas y no debe preocuparse por sobrevivir, es capaz de trabajar con mucha más fuerza, motivación e implicación. ¿Será este el secreto de los ricos que tanto se esfuerzan en esconder, por miedo a tener que hacer frente a una masiva competencia?

Thomas Piketty ofrece algunas propuestas para repartir la riqueza y luchar contra la pobreza que existe y que se intensificará si no lo evitamos. Propone otorgar 120.000€ a todos los jóvenes de 25 años. Me parece que puede ser una gran ayuda para un buen comienzo, aunque tal vez a esa edad no sabríamos cómo gestionar tal cantidad de dinero de la mejor manera. Se pueden conocer algunos detalles como este en el artículo “Thomas Piketty, contra la propiedad privada”.

Sin embargo, me habría gustado que hiciese referencia a otra solución para alcanzar la igualdad, que también merece estar en el mismo debate: la renta básica universal. El historiador Rutger Bregman hizo un estudio firme sobre la posibilidad de implantarla. En 2017 publicó su libro Utopía para realistas y dada la amplitud del tema que tenemos en nuestras manos, vale la pena tenerlo en mente.


Hoy acabo este artículo con una TED Talk de Stuart Firestein, “The Pursuit of Ignorance” o “La búsqueda de la ignorancia”. Es en inglés, pero se pueden habilitar subtítulos en español y otras lenguas. Es una conferencia de 2013, aunque poco importa cuando se trata de un discurso tan valioso que te invita a ver el mundo de otra manera. Este científico nos muestra la mejor metodología empleada en la investigación y nos invita a desafiar nuestro conocimiento y buscar dentro de nuestra ignorancia. Ser conscientes de lo que no sabemos nos lleva más allá de lo que ni siquiera imaginamos. La ignorancia inconformista (junto con la curiosidad) es el motor que nos hace indagar y superar cualquier muro en nuestra búsqueda. Agradezco que comparta su visión y hago eco de dos citas a las que hace referencia para apoyar su excelente argumento. Una es de Marie Curie: “Uno nunca ve lo que se ha hecho, sino lo que queda por hacer”. Y en referencia a la educación, menciona a W.B. Yeats: “La educación no consiste en llenar cubos, sino en encender fuegos”. Estoy totalmente de acuerdo.


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