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Reflexiones en pandemia 10

Muy buen artículo de Marta Navarro donde expone el concepto de la transversalidad en una misma lucha por el respeto de todos los seres vivos. Antiespecismo, feminismo y antirracismo comparten el mismo objetivo. Fue publicado en el año 2017 pero podría haberse publicado ayer. Es una conexión que no todo el mundo ha hecho todavía y sigue siendo muy necesaria para sumar fuerzas y hacer un mundo igualitario con valores éticos que beneficien a todos.

Hablar sobre la Guerra Civil sigue siendo difícil en España. Aún lo es más enseñar este capítulo de nuestra historia reciente en los institutos. Es sorprendente, pero no se suele llegar a tiempo para explicar este último punto en el temario. Además, algunos profesores se sienten incómodos por temer ofender las ideas de su alumnado. Lo explica muy bien Laura L. Ruiz en el artículo El rincón al que nunca ha llegado la memoria histórica. Para facilitar la enseñanza de una guerra de la que todavía viven testimonios, un grupo de profesores ha escrito un libro y ha reunido material para mostrar los hechos con la mayor neutralidad posible y respeto a lo ocurrido. Me parece que iniciativas como esta son muy necesarias. Aunque yo pondría especialmente el foco en el análisis del periodo de posguerra y la dictadura de Franco. Nadie duda de los horrores de una guerra, pero todavía hoy cuesta hablar de lo que sucedió a partir del año 1939. El reportaje España y el pasado que no puede pasar, de Francisco Espinosa expone esta cuestión ampliamente. Lo hace a partir del libro Los amnésicos, de Geraldine Schwartz, quien compara las formas de tratar y superar el nazismo en Francia y Alemania una vez acabada la Segunda Guerra Mundial. Espinosa nos explica con detalle cómo durante 25 años, a través de políticos, un fiscal general clave y los medios de comunicación consiguieron cesar, juzgar y penalizar a todas las personas relacionadas con el nazismo. Tras este repaso por la evolución de la historia de Alemania, el autor del reportaje analiza lo que sucedió y lo que no sucedió en España desde el fin de la Guerra Civil: “El historiador Ludger Mees estableció las bases para que la sociedad afrontara el pasado: la existencia de un debate académico sobre el tema, la implicación no partidista de las instituciones y la socialización de debate. Ninguna de ellas se dio en España”. Uno acaba de leer su texto siendo consciente de lo que nos queda por hacer y todo lo que debemos reconocer si queremos dejar atrás lo que nunca se podrá justificar. Solo se puede construir un futuro admitiendo los errores del pasado y conociendo el contexto y los hechos de cada época. La ignorancia nos condena al oscurantismo y facilita que nos rindamos a las suposiciones y a los extremos.

Abre el matadero más grande de Europa en Huesca. Actualmente la maquinaria en estos centros es capaz de matar a 22 cerdos por minuto. En las nuevas instalaciones se espera matar a 32.000 cerdos al día con el objetivo de 7 millones de cerdos al año. En el artículo 22 cerdos por minuto, de Gustavo Duch se presentan datos como estos. ¿Acaso no es espeluznante? Un exterminio homologado, permitido y respaldado por políticos y empresarios. ¿Por qué seguimos anclando la economía en negocios tan insostenibles y tan éticamente cuestionables? ¿Por qué dejamos que unos pocos sigan enriqueciéndose con la idea de que un animal no humano es un producto? Reconozcamos que podemos vivir sin consumir carne. Cada día hay más estudios que recomiendan la reducción de carne en nuestras dietas para proteger nuestra salud y reducir el impacto en la biodiversidad que supone “producirla”. Sin ir más lejos el artículo Global Veganism Could Undo 16 Years of Fossil Fuel Emissions publicado el mes pasado. El futuro está en la llamada transición proteica: la sustitución de productos animales por alternativas vegetales más sostenibles. Es hora de que el sector alimentario lo admita e invierta en ello, en lugar de seguir extendiendo un modelo de explotación que nos destruye. Cuanto antes lo haga, menos contaminará, más empleo duradero creará y no habrá desastre natural o cambio de políticas que lo detenga. Será una nueva industria sostenible y éticamente admisible. Aunque, mientras no dan el paso, nosotros tenemos el poder de frenar su enriquecimiento. Lo único que tenemos que hacer es reducir o dejar de consumir carne.


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