El documental Lo que el pulpo me enseñó, de Craig Foster, nos narra la experiencia personal del director tras su encuentro con un pulpo cerca de su casa, en la costa de Sudáfrica. Todo el trabajo está centrado en un episodio concreto de la trayectoria personal y profesional del narrador. Se presenta y se mantiene un enfoque totalmente subjetivo y antropocéntrico. En realidad, el pulpo es un personaje secundario, puesto que se da una información muy limitada sobre él. Es un documental que no pretende instruir, sino emocionar, e ilustra perfectamente lo que es el especismo y hasta qué punto es difícil escapar de él.
Es interesante conocer la historia y es de agradecer que alguien con una cámara se fije en la vida de un ser tan extraordinario como un pulpo. Aunque vale la pena puntualizar algunas problemáticas. Tras el primer acercamiento, Foster nos dice que ha podido sentir que se trataba de un pulpo especial. Este es el primer error o malentendido. No, ese pulpo no es especial o es tan especial como los demás pulpos. A juicio del narrador, la curiosidad que tiene ese pulpo hacia un humano como él demuestra un carácter diferente al del resto.
Este artículo está publicado en Infoanimal, en el diario El Salto. Para seguir leyendo, clica aquí...
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