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La caza

Al leer el artículo que cito en Reflexiones 7 sobre el maltrato al suelo, he vuelto a toparme con el tema de la caza y me he sorprendido a mí misma escribiendo “la caza, que conlleva la pérdida de los depredadores más grandes y está actualmente injustificada, podríamos simplemente dejar de practicarla de una vez por todas”. No me gusta especular y he re-escrito la frase. Además, como buena lijadora, he indagado para descubrir hechos y aportar razones por las que la caza no debería existir. He encontrado el informe: “El impacto de la caza en España”, escrito por Roberto Oliveros y Miguel Ángel Hernández Soria, editado por Ecologistas en Acción.


Me ha recordado problemas que conocía y me ha horrorizado saber más detalles que ignoraba. Ahora estoy aún más convencida de que no hay bandos a favor o en contra de la caza. Si alguien que conoce los hechos sigue ejerciendo la caza o defendiéndola sin vergüenza y a plena conciencia significa que tenemos un gran problema de educación en valores y principios. Deberíamos replantearnos qué tipo de ética nos define y permite la práctica de la caza como medida principal para “funciones cinegéticas” o problemas de sobrepoblaciones. Entonces podremos decidir si queremos esta ética u otra más acorde a nuestra era actual.

Deberíamos replantearnos qué tipo de ética nos define y permite la práctica de la caza como medida principal para “funciones cinegéticas”.

El otro día paseaba por un parque nacional de Francia en el que nunca había estado antes. A la entrada de un sendero, había un cartel informativo con fotos y características de las especies de animales y fauna que podía encontrar allí. Además se indicaba que los días de caza permitida eran los domingos y festivos. Era sábado, así que intenté olvidarme del tema para disfrutar por completo de la belleza del lugar en el que me adentraba. Hice una ruta corta, de unos 5km, pero pude sentir la vida respirando en aquel bosque dormido ahora, durante el invierno. Fue una experiencia inolvidable más, en un rincón único del mundo. La naturaleza siempre te sorprende y es capaz de sobrepasar tus expectativas.


Llegué al coche para volver a casa llena de emoción y admiración. Cogí la carretera que atraviesa el parque para ir a buscar una autopista y me topé con otra cara de la realidad. Un cartel temporal decía: “Día de caza”. Eso me llenó de terror. Me sentí vulnerable como una presa, aunque fuese en coche. Entonces la incomprensión, la rabia, la tristeza más dolorosa de la impotencia me invadió. A lado y lado de la carretera se aproximaban individuos cazadores, todos con su chaleco naranja, saliendo del bosque, caminando por los arcenes, a lo largo de la carretera para volver a sus coches, pickups y furgonetas mal aparcados, ahí mismo. No podía dejar de llorar mientras conducía y pasaba por su lado en el escenario de un acto atroz. Iban caminando con sus fusiles al hombro, sus mochilas y otros artefactos. No era un grupo, ni unos cuantos. Conté más de 40 cazadores.

Creemos que la caza es un acto aislado, poco frecuente, ejercida por individuos que se mueven por los márgenes del mundo. Sin embargo, la realidad es que la caza es algo habitual y su alcance inmenso.

Creemos que la caza es un acto aislado, poco frecuente, ejercida por individuos que se mueven por los márgenes del mundo. Sin embargo, la realidad es que la caza es algo habitual y su alcance inmenso. La temporada de caza puede llegar a durar de octubre a marzo. En Francia, se puede llevar a cabo los miércoles en algunos bosques y los domingos y festivos en todos los bosques donde está permitida. Pero como pude comprobar, hay permisos para practicarla otros días de la semana. En España, tiene vía libre en el 80% del territorio, normalmente también los domingos y festivos.


Invito a todos los lijadores a leer el informe sobre el impacto de la caza. Pero he creído oportuno señalar dos puntos que me han parecido muy significativos:


La península ibérica en general y España en particular, funcionan como el mayor reservorio de biodiversidad de Europa, con un gran número de especies endémicas, dándose además la circunstancia de que el nuestro es uno de los países más vulnerables al cambio climático y sus efectos. En España se encuentra más del 80% del total de especies de plantas vasculares europeas y más del 50% de las especies de animales. Tenemos la mayor variedad de mamíferos y reptiles y ocupamos el tercer puesto en diversidad de anfibios y peces”.

La actividad cinegética se desarrolla durante la mayor parte del año (especialmente fines de semana y festivos, coincidiendo con los días preferidos también para cualquier tipo de ocio) y en más del 80% del territorio nacional. (…) Entre todas las modalidades deportivas que se practican en España, hasta el 54,5 % de sus practicantes pudieran verse afectados negativamente por el ejercicio de la caza, la cual, según el mismo Anuario de Estadísticas Deportivas del año 2015, solo se ve representada por un 2,6 % del total de deportistas.


Si a efectos comparativos se hace una aproximación de cálculo tomando como base para el mismo un número de 800.000 cazadores en España, se podría concluir que este número de personas estaría condicionando, durante la mayor parte del año y en más del 80% del territorio nacional a un mínimo de 16.769.230 personas. Si se considera además que en 2010 la población total española era de 47,02 millones de personas (según el Instituto Nacional de Estadística), se llega al escandaloso dato de que tan solo el 1,69 % de la población condiciona las aficiones deportivas de hasta un 35,5 % de la población española.


Y todo esto sin contar, en esta aproximación de cálculo, con algunas otras aficiones que también se practican en el medio natural aunque no sean consideradas actividades deportivas, tales como el birdwatching, la fotografía de la naturaleza, la recolección de setas, etc., y que igualmente son practicadas por multitud de ciudadanos/as, los/as cuales se ven igualmente afectados. Según el comité científico de SEO / BirdLife, basándose en el estudio de Campos y colaboradores fechado en 2014 y titulado Manufactured and environmental total incomes of Andalusian forest. CSIC. Madrid: “Para el caso de los montes andaluces se ha demostrado recientemente que las actividades de autoconsumo ambiental, uso recreativo y conservación de la biodiversidad amenazada son más rentables que la caza en términos económicos”.


Por lo tanto, se puede inferir que la práctica de la caza en España no solo no representa un complemento económico indispensable para el desarrollo de las zonas rurales, sino que, al acaparar la exclusividad del uso del medio natural durante gran parte del año, está limitando las posibilidades de desarrollo de dichas comarcas al interferir e incluso anular la práctica habitual de otras actividades que son ejercitadas, cada año, por un mayor número de personas. El agravio comparativo, especialmente si se considera que las otras actividades son bastante más inocuas, tanto para la conservación de la biodiversidad como para la seguridad de las personas que practican sus aficiones en el medio natural, resulta inaceptable”.


También añado dos artículos que he encontrado en la web de la Oficina Nacional de la Caza:

Desde luego, leer artículos como estos y otros en la misma web nos ayuda a seguir lijando y ver dos capas de una realidad que sólo se aguanta por la ignorancia y la terquedad de no querer ver que el mundo cambia y las tradiciones, metodologías y procesos para gestionar situaciones problemáticas también. No podemos ignorar el conocimiento sobre el comportamiento de los animales que tenemos hoy y las técnicas y alternativas de las que disponemos, para solucionar los posibles conflictos debidos a la sobrepoblación de algunas especies. Solo por nombrar algunos ejemplos: la esterilización, la recolocación de grupos o compartir la cosecha.

El futuro de la caza radica en la educación y como decía, en la ética que decidamos defender en nuestra sociedad.

Creer que uno posee toda la verdad es un despropósito y faltar al respeto por querer tener la razón es vergonzoso. Como no veo intención alguna de abrir la mente y admitir estos y otros hechos, creo que el futuro de la caza radica en la educación y como decía, en la ética que decidamos defender en nuestra sociedad.


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