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Reflexiones en pandemia 3

Es difícil encontrar y seguir noticias no relacionadas con la pandemia. Los medios las ahogan con la saturación de información poco necesaria o ya conocida. Debemos estar informados de cómo progresa nuestra situación, pero también es necesario seguir informándonos sobre los demás sucesos que siguen teniendo lugar en el mundo. Dedicar toda nuestra atención a un solo hecho puede desencadenar una obsesión. Además, no podemos permitirnos desconocer otros peligros como el incendio declarado en la zona de exclusión de Chernóbil. Cito dos artículos:

Gracias al parón de muchas industrias en el mundo, la calidad del aire ha mejorado durante bastantes días y se ha notado a simple vista en muchas ciudades. Sin embargo, no olvidemos que la presencia de plásticos en los océanos sigue siendo un problema grave que exige medidas urgentes. Cientos de ballenas siguen muriendo por contaminación de plástico. Está demostrado que su ingesta provoca daños neurológicos, disrupción endocrina, tiene efectos cancerígenos y deteriora la capacidad reproductiva.

Explorando la severidad del confinamiento en el Reino Unido me ha parecido muy curioso que la policía se haya hecho una lista oficial de razones por las que perdonar la multa, a quien se salte las normas: “La policía (...) se ha visto obligada a publicar una lista oficial de “excusas razonables” por las que los agentes podrán hacer la vista gorda, entre las que se incluye la necesidad de salir a la calle a airearse después de una discusión dentro del domicilio”. Creo que un confinamiento menos agresivo hubiese sido posible si hubiésemos demostrado más civismo. Sin embargo, aún hoy, las imágenes de calles de París llenas de gente paseando y corredores que no respetan la distancia entre unos y otros me confirman que si no nos imponen normas y nos prohíben acciones, no sabemos gestionar nuestra libertad. Si uno sale a correr, porque está permitido hacerlo y es un deporte que practica normalmente, pero se encuentra que ya hay mucha gente corriendo, ¿por qué sale igualmente? ¿Por qué antepone su interés personal por encima de la solidaridad social? ¿Por qué seguimos saltándonos las medidas? ¿Olvidamos el objetivo del confinamiento a medida que pasamos el tiempo confinados? Creo que los sociólogos tendrán mucho material para investigar al final de esta era.

Otro conflicto que necesita una solución urgente es la persecución de comunidades por discriminación étnica. Un millón de rohingyas han tenido que huir desde que se intensificó su represión en 2017. Hace una semana rescataron a 400 que llevaban dos meses en un barco a la deriva.

Cuando leí este artículo: Polémica por el nuevo sistema de recuento de víctimas, se me dispararon todas estas preguntas: ¿Por qué se está hablando tanto sobre la manera de contar fallecidos y afectados de Covid-19? ¿Por qué una comunidad de España ha decidido sumar el número de sospechosos de fallecer por esta enfermedad (sin confirmación por test) al número de fallecidos por esta enfermedad? Si los números de ambos tipos de muertes existen, ¿por qué no presentarlos por separado? ¿Se está jugando con los números? ¿Se pretende hacer más grande el número de fallecidos a causa de Covid-19? ¿Por qué un grupo de políticos puede decidir contar fallecidos de una manera diferente a la del resto (incluso dentro de un mismo país)? ¿Por qué se está politizando tanto una enfermedad? ¿Es el momento de crear polémica cuando hay miles de personas llorando las muertes con las que ellos frivolizan? ¿Es que los fallecidos son solo números?

Después leí este otro artículo sobre el tema: Cómo se cuentan los fallecidos por coronavirus Me sorprende que El País no conozca las discrepancias de este recuento en otros países y me inquieta que no haga referencia a todos los criterios que este otro artículo de la BBC menciona. Me pregunto si la ignorancia ha sido voluntaria o si se trata de una irresponsabilidad por falta de datos contrastados.

He descubierto un diario de artículos de opinión que no conocía, Project-syndicate The World’s Opinion Page y me parece interesante. Presenta artículos escritos por personas del ámbito científico, político, filosófico, académico, de la sociología y la investigación que analizan temas actuales de diferente índole. Se pueden leer en inglés, español, árabe o checo. He elegido uno de Peter Singer para compartirlo aquí. He leído sus dos libros Animal Liberation y Practical Ethics y agradezco su activismo y compromiso por la igualdad animal. En esta ocasión hace un análisis del origen de nuestro coronavirus y reclama la prohibición definitiva de los “wet markets” o mercados húmedos, donde se retiene a animales hacinados en jaulas hasta que son vendidos y asesinados en el mismo mercado. Avisa sobre la alta probabilidad de que se repita la transmisión de otro virus a un humano causando alguna zoonosis.


Además, añado este artículo que habla sobre nuestra responsabilidad para evitar el también llamado derrame o “spillover”. Es otra manera de referirse a las zoonosis. Según un estudio de la investigadora Christine Johnson: “Los animales cuyas poblaciones han declinado debido a la caza, el tráfico de especies y la pérdida de su hábitat albergan el doble de virus zoonóticos (que han pasado a humanos) que aquellas especies silvestres cuyas poblaciones disminuyeron por otros factores no relacionados con la acción humana, como la aparición de una enfermedad”. Por otro lado, David Quammen nos recuerda: “En el caso de la epidemia de SARS en 2002, el virus se habría originado en murciélagos, que transmitieron el virus a una especie amenazada y consumida en restaurantes en China, la civeta de las palmeras”. No tomamos las medidas pertinentes y ahora vivimos una situación que significa la ruina y el sufrimiento de muchas personas (a menos que se apliquen reformas urgentes como la renta básica que les garanticen una supervivencia digna).

El virus de la Covid-19 también proviene de la explotación animal y no será el último que se propague si no se prohíbe definitivamente la caza y tortura de animales no humanos. ¿Qué tiene que pasar para que asumamos nuestra responsabilidad y corrijamos nuestros errores? No creamos que la solución nos queda lejos. Existen mataderos y granjas de ganadería intensiva en cualquier lugar del mundo. Todos podemos actuar. Esta pandemia convierte al consumidor en un agente activo capaz de cambiar el mundo que le rodea. ¿Vamos a seguir consumiendo las mismas cosas y la misma cantidad tras la pandemia? ¿Seguiremos comiendo carne procedente de la ganadería intensiva? Estamos ante una oportunidad más para reducir el consumo de carne y preocuparnos por el origen de esta. Es hora de afrontar el hecho de que la “industria cárnica” basada en el método de explotación actual es un peligro para la salud y la vida de todos los seres vivos del planeta, humanos incluidos.


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