Acaba el confinamiento, pero seguimos inmersos en la misma pandemia. De nuevo, como se hizo al decidir los límites del confinamiento, cada país va a aplicar normas diferentes para recuperar el ritmo de vida. Una vez más, parece que no hay acuerdo entre políticos sobre cómo proceder. Tampoco parece que se tengan en cuenta los resultados de las medidas de “desconfinamiento” adoptadas en países como China. No veo la rigidez y la preocupación extrema que hay allí por frenar definitivamente el contagio de Covid-19 en España o Francia y me preocupa. Reabrir escuelas, permitir la salida de personas de riesgo y la falta de detalles de organización general para evitar aglomeraciones en los medios de transporte, son decisiones que pueden ocasionar un descontrol previsible. El número de contagios, casos graves y la saturación de los hospitales ¿indican que podemos aplicar medidas menos restrictivas que China? Solo para tener una idea del extremo cuidado con el que se desconfinó Wuhan, vale la pena leer el artículo Lecciones de Wuhan Creo que aunque sea a nivel personal, hay que seguir haciendo todo lo posible por prevenir contagios y muertes evitables.
Bill Gates ha publicado una carta recordando que el virus no conoce fronteras y seguirá siendo una amenaza para todos, mientras siga afectando a alguna persona en el único planeta que existe: “Ante un virus tan contagioso y extendido, los líderes deben reconocer que mientras haya Covid-19 en algún lugar, nos concierne a las personas de todas partes”. Se puede leer la carta en castellano en El País, si uno se registra. Aquí ofrezco el enlace a su carta en inglés y me permito traducir algunos fragmentos más que considero remarcables. “Necesitamos desplegar recursos basados en la sanidad pública y la necesidad médica. Hay muchos veteranos de las epidemias de Ébola y VIH que pueden ayudar a diseñar directrices para hacer que esto suceda, y los líderes de naciones desarrolladas o en desarrollo deberían trabajar con la OMS y sus socios para ponerlas sobre el papel. Entonces, todas las naciones participantes deberían acordar públicamente seguir estas directrices, para que todo el mundo sea responsable”. Asegura que de esta forma garantizaríamos que todas las naciones tuviesen acceso a los mismos recursos para luchar contra la pandemia; desde material hasta la vacuna, cuando la haya.
Por otro lado, me parece un gesto responsable que haga cálculos sobre el coste en investigación de una vacuna, que debe ser declarada “bien global público” para que nadie haga negocio con ella y realmente todo el mundo tenga acceso a ella. Advierte que ese coste puede parecer elevado, pero “no es nada comparado con un esfuerzo de inmunización chapuza y un brote aún más extenso”.
Por si alguien todavía cree que hay otra salida, Gates acaba con una reflexión contundente: “Durante los últimos 20 años, he estado pidiendo a los líderes del mundo que inviertan en la salud de las personas más pobres. He argumentado que es lo que debíamos hacer –y lo es. Pero las pandemias nos recuerdan que ayudar a los demás no es solo lo que debemos hacer; es también lo más inteligente que podemos hacer. La humanidad, después de todo, no solo está unida por valores comunes y lazos sociales. También estamos conectados biológicamente, por una red microscópica de gérmenes que vinculan la salud de una persona con la salud del resto. En esta pandemia todos estamos conectados. Nuestra respuesta debe estarlo también”.
En marzo leí el artículo “Detectar y fabricar mascarillas, sino el confinamiento no habrá servido para nada” en el diario francés www.reporterre.net que me impactó por la claridad de las explicaciones y el análisis sobre las causas que nos habían llevado a una pandemia.
Está escrito en francés por Gäel Giraud, director de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). Hoy lo recupero porque menciona las medidas para que el confinamiento haya sido efectivo. También nos recuerda que hubo países como Taïwan y Corea del sur que actuaron de tal forma y con tal rapidez que frenaron la pandemia sin confinamiento. Sus métodos no son secretos y son los mismos que deberíamos aplicar el día que tengamos permiso para salir de nuevo: uso de mascarillas obligado para toda la población y aplicación de tests de detección sistemática. El científico hace hincapié en estas dos medidas, además de la necesidad de que una parte de la industria nacional siga dedicándose a fabricar respiradores y mascarillas y que mantengamos las medidas de distanciamiento social. Siento no poder traducirlo en su totalidad, pero contrastando la información que presenta descubrí una web de análisis de datos impresionante. No solo datos relacionados con el coronavirus a nivel mundial, sino también otros datos clasificados por diversos temas. Está disponible en muchísimos idiomas y sin duda es un lugar fiable al que ir a buscar cifras.
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